TRABAJO EN EL ÁREA DE EDUCACIÓN

¿INFLUYEN LAS CONDICIONES
DEL ÁREA DE EDUCACIÓN EN
LA SALUD DE LA CIUDADANÍA?

La asociación entre salud y educación está bien establecida. La educación se ha descrito como el determinante social modificable más importante de la salud. La evidencia científica sugiere que los niños y niñas y las personas jóvenes sanas tienen más probabilidades de aprender de forma efectiva cuando tienen mejor salud.

Cuando se sienten bien y conectados con su escuela y con las personas adultas que están cerca, tienen menos probabilidades de adoptar conductas de riesgo y más probabilidades de tener resultados. Un ambiente escolar saludable puede mejorar directamente la salud de niños y niñas y jóvenes, favorecer el aprendizaje efectivo y contribuir a desarrollar personas adultas sanas, cualificadas y productivas.

La Declaración de Incheon 2030 corrobora que la educación es el medio más eficaz de lograr la igualdad entre hombres y mujeres, propiciar la plena participación social y política de las niñas y las mujeres y empoderarlas económicamente. Por otra parte, es una de las maneras más poderosas de mejorar la salud de las personas y garantizar que los beneficios se transmitan a las generaciones futuras.

La educación desarrolla competencias, valores y actitudes para que la ciudadanía goce de una vida saludable y tome decisiones bien fundamentadas. Para llevar una vida productiva y saludable, cada persona debe poseer los conocimientos necesarios para mejorar su estilo de vida y así prevenir enfermedades.

Por ello, la educación también está asociada con la alfabetización en salud definida como el entendimiento que las personas tienen sobre su salud y sobre cómo acceder a los servicios sanitarios. Por ello, insta los sistemas educativos a brindar un acceso equitativo a la educación, así como a proporcionar atención y educación de la primera infancia para garantizar el desarrollo, el aprendizaje y la salud de los niños y niñas a largo plazo y velar por que todos los niños y niñas, jóvenes y personas adultas aprendan y adquieran un nivel adecuado de alfabetización.

Además, y dado que los sistemas educativos dependen del desempeño de un colectivo capacitado y saludable, el bienestar de los y las docentes es un factor crítico para lograr su éxito. Es importante entender que la mejora de la salud y del bienestar del equipo del centro redundará también en la salud y el bienestar del alumnado.

El sistema educativo juega un papel clave para la salud y el bienestar y puede ser un factor protector y corrector de desigualdades sociales en la infancia y adolescencia. Por ello, se hace necesaria una efectiva coordinación entre las políticas de salud y las políticas de educación , promoviendo la equidad. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) enfatizan este vínculo para el desarrollo humano.

EDUCACIÓN: FACTORES DETERMINANTES EN SALUD

Cada desplegable incluye la información sobre el impacto en salud y el impacto en equidad del factor determinante.

Impacto en equidad:
sí
 

Impacto en salud:

El nivel educativo se asocia a comportamientos saludables y mejora los resultados de salud a lo largo de la vida. Los países con un nivel educativo más alto tienen una mayor esperanza de vida (entre 5 y 6 años).

Las personas con mayor nivel educativo logran mejores empleos, mejor remunerados, que exigen menos esfuerzo físico, viven en barrios más seguros y llevan estilos de vida más saludables.

Las personas con menor nivel educativo tienen un peor estado de salud, una menor probabilidad de adoptar conductas saludables (alimentación, actividad física, consumo de tabaco…), así como peor salud mental y mayores problemas para llevar a cabo las actividades diarias. Estas personas han tenido mayores privaciones a lo largo de su vida, han estado más expuestas a la adversidad social y económica y han contado con un menor acceso a recursos tales como una buena nutrición y vivienda.

La prevalencia de discapacidades a largo plazo es más elevada en la población con un nivel básico de formación.

Por otra parte, los y las estudiantes que no gozan de buena salud tienen mayor dificultad para concentrarse y aprender y mayores niveles de absentismo.

Las relaciones emocionales inseguras y la carencia de estimulación pueden ser la causa de la falta de disposición para ir a la escuela, de un bajo rendimiento académico, de un comportamiento problemático y del riesgo de sufrir marginación social durante la vida adulta.

Impacto en equidad:
sí
 

Impacto en salud:

La enseñanza es una de las ocupaciones más estresantes y el profesorado puede sufrir el síndrome del trabajador o trabajadora quemado (burnout).

El profesorado de las escuelas de las zonas más desfavorecidas sufre con mayor frecuencia el agotamiento. El agotamiento no solo tiene consecuencias para la salud del profesorado, sino también para la comunidad y afecta la capacidad del sistema educativo para retener al personal.

La rotación frecuente de personal disminuye la calidad del sistema educativo y tiene un impacto desproporcionado en el alumnado de los grupos socialmente desfavorecidos.

Impacto en equidad:
sí
 

Impacto en salud:

Los centros educativos deben ser entornos seguros y saludables en los que los niños, niñas y jóvenes puedan desarrollarse plenamente. Para lograrlo, es necesario que la Administración y la comunidad educativa se impliquen activamente para crear entornos físicos adecuados y un ambiente de bienestar emocional y social positivo con unas instalaciones escolares seguras y de tamaño adecuado con servicios básicos disponibles.

Una ventilación inadecuada, ruido, escaso confort térmico, humedad y polvo tóxico son algunos de los elementos que pueden tener un impacto negativo en la salud.

Otros factores como remodelar el patio para crear en ella espacios con sombra o atractivos para hacer actividad física, incluir aparcamientos para bicicletas, crear huertos urbanos, eliminar o controlar las zonas donde es fácil, por la ubicación, que se produzcan peleas o acosos, una oferta de alimentos saludables en cafeterías, máquinas de venta automática y comedores son algunos de los factores que pueden tener un impacto positivo en la salud de la comunidad educativa.

Por otra parte, es importante la ubicación y la distancia para llegar al centro educativo, que favorezca el transporte activo o en transporte público.

Impacto en equidad:
sí
 

Impacto en salud:

Las políticas educativas son fundamentales para mejorar los resultados en salud (mayor esperanza de vida o disminución de la mortalidad infantil, por ejemplo). Las experiencias vividas en la primera infancia (definida como el desarrollo del feto hasta los ocho años), y durante el período de educación infantil y posterior, sientan las bases sobre las que se sustentará el resto del desarrollo vital.

La Carta de Ottawa para la Promoción de la Salud (OMS, 1986) trasladó la salud escolar más allá de las intervenciones curriculares para abordar los determinantes de la salud de los asistentes a la escuela.

A principios de la década de 1990, la OMS propuso la estrategia de Escuelas Promotoras de la Salud, de acuerdo con la cual toda la comunidad educativa (personal docente y no docente, alumnado y familias) como no educativa (recursos del barrio) podían contribuir a la promoción de la salud en el entorno educativo.

El trabajo de las Escuelas Promotoras de Salud ha ayudado a establecer pruebas sólidas sobre los beneficios de esta acción conjunta, tanto sobre la salud como sobre los resultados educativos.

El programa Centros Educativos Promotores de la Salud (CEPS) se inició en las Illes Balears en 2014. La estabilización de las plantillas de docentes, la inclusión de la Promoción de la salud en su formación postgrado, así como el fomento de su participación en los programas de Escuelas Promotoras de la Salud, son elementos clave para asegurar el éxito del programa.

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