TRABAJO EN EL ÁREA DE URBANISMO

Impacto en salud:

La conectividad de la red urbana está asociada con una mayor calidad de vida. Una mayor conectividad y, por tanto, un mayor índice de pasos caminados, favorece un estilo de vida activo.

La mejora de la accesibilidad por medios alternativos al transporte motorizado (una red de rutas para peatones / ciclistas) está positivamente relacionada con una reducción en la mortalidad por todas las causas, niveles más bajos de obesidad y sobrepeso, así como una reducción del riesgo de diabetes tipo 2, hipertensión y enfermedad cardiovascular.

Un aumento de la accesibilidad a pie a la escuela también ha sido asociado a una menor incidencia de obesidad infantil.

La posibilidad de desplazarse con mayor facilidad para realizar actividades diversas puede fortalecer las relaciones sociales y aumentar el sentimiento de cohesión lo que contribuye también a la reducción de los niveles de estrés y reduce la ansiedad y la depresión. Así mismo las zonas o barrios separados por autopistas que dificultan el acceso al núcleo urbano pueden agravar el aislamiento social y las desigualdades.

Tener acceso a la red de transporte público podría contribuir a reducir el riesgo de depresión, especialmente para mujeres y personas mayores, aumentando las oportunidades de movilidad y vida social. Los bajos ingresos, la discapacidad y el aumento de la edad pueden restringir el acceso al transporte en algunas áreas y, por lo tanto, las oportunidades para participar en el empleo, la educación y las actividades relacionadas con la comunidad. La falta de transporte aumenta el aislamiento social y disminuye la cohesión de la comunidad.

Por otra parte, una mejor conectividad de la red urbana se ha asociado con mayores niveles de partículas de materia en suspensión y , por tanto, a una mayor contaminación atmosférica.

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Impacto en salud:

Una mayor presencia de servicios cerca de casa está asociada a un incremento del bienestar físico y mental, lo que conlleva una mayor calidad de vida. Entornos con una falta de servicios (farmacias, espacios físico-deportivos, centros para la tercera edad...) y la presencia de servicios que fomentan hábitos perjudiciales (ej: comida rápida…) disminuyen la percepción global de salud.

Vivir en un entorno con usos mixtos, residencial y comercial con fácil acceso a servicios (ej. fácil acceso a tiendas, a espacios recreativos, servicios sanitarios, etc.) favorece la actividad física y ayuda a alcanzar las recomendaciones propuestas por la OMS.

En personas adultas se ha relacionado con mayores niveles de actividad física en el tiempo libre y en el tipo de transporte (en bici o a pie). También se observa en niños y niñas que viven en barrios con mayor presencia de espacios recreativos y deportivos.

La población mayor de 65 años que percibe una mayor diversidad de usos de su entorno más cercano tiene mayor confianza para desplazarse caminando lo que se asocia a mayores niveles de actividad física y pasarse menos tiempo en actividades sedentarias.

Los grupos desfavorecidos y las personas con discapacidades y enfermedades crónicas tienen menos oportunidades de acceder a programas y lugares seguros, asequibles y apropiados en los que poder realizar actividad física.

En general, a mayor diversidad de servicios relacionados con la alimentación (ej. mercados, restaurantes, tiendas de alimentación), mayor acceso a productos frescos y saludables y, por tanto, a una alimentación más saludable. Sin embargo, una mayor presencia de establecimientos de comida rápida o de baja calidad y de venta de alcohol están asociado a peores hábitos alimentarios y tienen un impacto negativo en la salud.

Un área residencial a mucha distancia de servicios sanitarios se ha asociado con retrasos en el tratamiento y aumento de la mortalidad por algunos problemas de salud como la cardiopatía isquémica.

Por otro lado, zonas urbanizadas con mayor densidad económica se han asociado con mayores niveles de partículas de materia en suspensión y, por tanto, con mayor contaminación atmosférica.

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Impacto en salud:

Las personas que perciben sus barrios estéticamente atractivos, con presencia de zonas verdes o azules (lago, estanco, río, mar, etc.), con un buen mantenimiento de los equipamientos y mobiliario urbano, una adecuada señalización (paso peatonal) y una buena iluminación, tienen más probabilidad de realizar actividades físicas en el exterior en el tiempo libre y de desplazarse caminando o en bicicleta, independientemente de la edad, y especialmente en áreas socioeconómicamente más desfavorecidas.

Sin embargo, se debe tener en cuenta la adecuación y tipología de los espacios públicos para incentivar su uso. Los elementos del paisaje urbano como la iluminación, el estado de las aceras o carriles bici, el sistema de drenaje y en general el mantenimiento de las calles están relacionados con el riesgo de sufrir caídas y atropellos.

Los niños y niñas con acceso espacios verdes en los alrededores del hogar y de la escuela, pueden presentar menos complicaciones visuales y un menor índice de masa corporal. Los niveles de obesidad también se ven reducidos en entornos atractivos y con una mayor cantidad de zonas verdes.

La estética del entorno, así como la visualización o interacción con zonas naturales (zonas verdes, ríos, lagos ...) mejora la percepción general de salud, pero más concretamente el estado de salud mental, el bienestar emocional, la vitalidad, la angustia, el estrés, la función cognitiva, las conexiones sociales y la felicidad, un mayor orgullo e identidad de la comunidad. Por otra parte, los barrios que tienen un déficit de zonas verdes presentan una mayor contaminación del aire y acústica. El entorno físico tiene la capacidad de influir en el comportamiento social, la calidad de vida de los residentes y el bienestar comunitario, en particular a través de la incidencia real de delitos y el temor percibido hacia los mismos.

Los factores físicos que se relacionan más estrechamente con las tasas de criminalidad están relacionados con alturas de las construcciones, que a su vez se correlacionan con el número de apartamentos que comparten la entrada a un edificio, el tamaño de la construcción o la existencia y el número de viviendas sociales en la zona.

La seguridad comunitaria es particularmente preocupante para los grupos más vulnerables de la sociedad, como los niños y niñas pequeños, las personas con discapacidad física o mental, las personas ancianas, así como las pertenecientes a grupos étnicos minoritarios.

Impacto en salud:

Una densidad elevada de vehículos está asociado a niveles elevados de ruido en la calle y un aumento en los niveles de partículas en suspensión.

La seguridad del tráfico (atascos de tráfico, elevada frecuencia de transportes comerciales, vivir cerca de carreteras principales y la velocidad de los vehículos) está asociada con mayores niveles de sobrepeso y obesidad de la población y supone un incremento en la probabilidad de tener enfermedades cardiovasculares.

El límite de velocidad también es un determinante del riesgo de caídas en personas mayores, del riesgo de accidentes y de la gravedad de los mismos. El uso del transporte privado reduce las posibilidades de hacer actividad física, independientemente de las características del entorno (residencial, comercial, mixto ...). Por otra parte, una tasa de tráfico elevada también está asociada a hacer menos desplazamientos activos (andando o en bici) y menos actividad física en el entorno.

La exposición al ruido del tráfico motorizado y la proximidad a carreteras principales afecta al desarrollo y la atención de los niños y propicia una mayor vulnerabilidad en la competencia social y un mayor déficit de atención. Tanto el bienestar físico como el mental están relacionados con la percepción de seguridad de los habitantes.

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Impacto en salud:

La creación de entornos urbanos que favorezcan que las personas que viven en ellos lo hagan de forma saludable y que reduzcan al máximo los riesgos para la salud de las personas y del planeta debería ser una prioridad de los y las responsables de las instituciones políticas que gestionan el área de urbanismo.