¿QUÉ ES UN ICTUS?

Un ictus es un trastorno brusco del flujo de sangre, por obstrucción o rotura de un vaso sanguíneo del cerebro, que altera de forma transitoria o permanente la función de alguna región del encéfalo (órgano que está en la cabeza y que controla todas las funciones del ser humano; lo componen el cerebro, el cerebelo y el tronco encefálico). Con la lesión del vaso sanguíneo, la circulación se interrumpe y las células nerviosas del área del cerebro afectada no reciben oxígeno, dejan de funcionar y mueren transcurridos unos minutos.

Si el flujo sanguíneo se detiene por más de pocos segundos el cerebro no puede recibir nutrientes ni oxígeno y se produce la muerte de las células cerebrales que irrigaba el vaso sanguíneo afectado, lo que causa un daño permanente.

Si, por el contrario, el vaso sanguíneo que se ha obstruido se abre por sí solo rápidamente, los síntomas pueden desaparecer por completo y no dejar secuelas. A esto se le llama accidente isquémico transitorio (AIT) y es un signo de alarma de que existe la posibilidad de sufrir otro ictus a corto plazo.

3 PREGUNTAS SOBRE EL ICTUS

¿Cuáles son los síntomas de un ictus?

Los síntomas de un ictus pueden aparecer aislados, aunque es más frecuente que aparezcan varios a la vez. Se presentan de forma brusca y pueden evolucionar de forma precoz hacia una mejoría, hacia el empeoramiento gradual o hacia el establecimiento de un déficit máximo de forma inmediata.

¿Cuántos tipos de ictus existen?

Existen dos tipos principales de ictus: ictus isquémico e ictus hemorrágico.

El ictus isquémico se produce cuando una arteria que irriga sangre al cerebro se bloquea por un coágulo de sangre o por el depósito de partículas de sangre sobre una placa de ateroma (sustancia adherida a la pared del vaso sanguíneo, cuyo principal componente es el colesterol).

Esto puede producirse mediante varios mecanismos:

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Ictus aterotrombótico

La hipertensión arterial, el colesterol alto, el tabaquismo, la diabetes o la obesidad favorecen que en la capa más interna de los vasos se formen las placas de ateroma, que van estrechando las arterias progresivamente. Sobre estos depósitos acaban produciéndose lesiones superficiales que dan lugar a la formación de trombos sanguíneos que taponan el vaso impidiendo el paso de sangre.

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Ictus embólico

Un coágulo se desprende en alguna parte del sistema circulatorio, trasladándose al cerebro y produciendo allí la obstrucción. Estos trombos circulantes pueden provenir del territorio arterial de alrededor o bien formarse en el corazón como consecuencia de problemas cardíacos como arritmias.

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Ictus lacunar

La hipertensión es el principal factor de riesgo que favorece la obstrucción de las arterias pequeñas que irrigan estructuras profundas del cerebro.

Al ictus hemorrágico también se le denomina “derrame cerebral” y está producido por la rotura de un vaso sanguíneo del cerebro (hemorragias por causas no traumáticas). El factor de riesgo más importante es la hipertensión arterial.

Hay dos subcategorías de ictus hemorrágico, el cerebral y el subaracnoideo. El primero afecta al parénquima encefálico que es un tejido constituido principalmente por neuronas y vasos sanguíneos; en el segundo, gran parte del sangrado se localiza entre el cerebro y las membranas que lo recubren (meninges).

Por otra parte, también puede producirse un accidente isquémico transitorio

El accidente isquémico transitorio tiene lugar cuando el flujo de sangre a una parte del cerebro se detiene por un breve período de tiempo. Se produce una alteración temporal de la función cerebral que suele durar menos de una hora y no se produce daño cerebral permanente. Sus causas y síntomas son los mismos que los de un ictus isquémico y confiere la misma gravedad.

¿Qué secuelas pueden dejar?

Las personas que hemos tenido un ictus podemos experimentar una gran variedad de limitaciones y complicaciones que pueden dificultar nuestra recuperación. Después de un ictus, un tercio de las personas tiene una recuperación satisfactoria, otro tercio queda con secuelas graves y el otro tercio de los ictus son fatales.

El principal determinante del alcance de las secuelas posteriores a un ictus es su gravedad inicial, relacionada con el tamaño de la arteria obstruida y el área del cerebro lesionada. También es muy importante recibir asistencia sanitaria urgente ante cualquier sospecha de que nosotros (u otra persona) estamos sufriendo un ictus.

Es importante tener en cuenta que, además de la parte física, también podemos sufrir secuelas psicológicas que pueden necesitar atención y tratamiento.

Las personas que hemos sufrido un ictus podemos presentar las siguientes complicaciones y secuelas:

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Pérdida de fuerza, falta de coordinación, pérdida del control del movimiento y/o espasticidad (aumento del tono muscular que hace que los músculos estén contraídos permanentemente)

Estos signos y síntomas tienden a mejorar, aunque es posible que, a pesar de la rehabilitación, la recuperación no sea completa. Es recomendable que nos mantengamos activos dentro de nuestras posibilidades y, en caso de personas totalmente dependientes, realizar ejercicios pasivos.

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Propensión a caídas

Es un motivo por el cual es recomendable fortalecer la musculatura y entrenar nuestro equilibrio. También es aconsejable identificar y modificar aquellos elementos del hogar que puedan suponernos un riesgo de caídas: retirar alfombras, utilizar sillas en la bañera/ducha, colocar asideros, y utilizar calzado de suela antideslizante.

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Trastornos visuales

En ocasiones se produce una pérdida de visión de la mitad del campo visual (“hemianopsia”) y no siempre las personas afectadas somos conscientes de que nos sucede. Con un poco de entrenamiento, eje fundamental de la recuperación, aprendemos a compensar girando la cabeza para mirar hacia el lado afectado. Otros trastornos que pueden aparecer son: diplopia (visión doble), parálisis o pérdida de agudeza visual.

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Trastornos de la comunicación

Nos referimos a problemas para emitir o comprender el lenguaje (“afasia”), para articular las palabras (“disartria”) o trastorno de la voz (“afonía”), para los cuales conviene llevar a cabo rehabilitación con un logopeda. Puede llevar años recuperar el habla y no todas las personas la recuperamos por completo. Podemos aprender nuevas formas de comunicarnos efectivamente utilizando tablets o pizarras, o algún sistema de fichas o fotografías para que podamos darnos a entender.

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Alteraciones de la sensibilidad en el lado afectado

Pueden manifestarse con hormigueo, sensaciones desagradables o falta de tacto, por lo cual hemos de tener especial cuidado para evitar quemaduras, cortes y otras lesiones sin que nos demos cuenta.

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Dolor

Puede presentarse dolor en la mitad del cuerpo afectado, es una de las complicaciones más frecuentes. Mantener una analgesia adecuada (siempre pautada por un profesional sanitario) nos ayudará a aliviar el malestar que genera tener dolor.

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Disfagia (dificultad para tragar)

Para ello podemos modificar la textura de la dieta y/o utilizar técnicas de alimentación seguras con el uso de espesantes y una correcta postura. En los casos más severos puede ser necesaria una sonda nasogástrica (sonda que lleva los alimentos al estómago desde la nariz) o una gastrostomía (colocación de una sonda practicando un pequeño orificio a la altura del estómago, desde la piel) en el caso de que se prevea que sea necesaria un largo periodo de tiempo.

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Incontinencia urinaria y/o fecal

Suele ser una secuela transitoria aunque puede perdurar en personas con secuelas importantes, requiriendo sondajes vesicales o la utilización de un pañal.

Pueden darse en cualquier momento del proceso. Cada fase implica unas dificultades diferentes y la adaptación a las mismas puede producirnos síntomas.

En las fases iniciales suelen darse con más frecuencia problemas en el control de impulsos (reacciones explosivas, cambios bruscos e intensos de humor, impulsividad), y después van apareciendo otros que tienen que ver con la adaptación a las circunstancias (tristeza, frustración, preocupación, nerviosismo, irritabilidad).

Dependiendo de las áreas afectadas por el ictus pueden alterarse diferentes capacidades mentales:

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Enlentecimiento en el procesamiento de la información: necesitamos más tiempo para responder o reaccionar.
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Trastornos de atención: son los síntomas más frecuentes. Pueden aparecer dificultades para concentrarnos o para mantenernos atentos en actividades largas (una conversación, durante el visionado de una película, etc.).
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Problemas de memoria: por ejemplo para recordar cosas que hemos hecho o nos han dicho, o para tener presentes las actividades que debemos realizar (citas médicas, recados, etc.).
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Pérdida de habilidades de organización y planificación: por ejemplo, para cocinar platos complejos o para distribuir las actividades en un tiempo determinado.
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Dificultades para orientarnos en el espacio: por ejemplo en la calle.

7 FACTORES QUE PUEDO MODIFICAR PARA
MEJORAR MI CONDICIÓN COMO PERSONA QUE HA TENIDO UN ICTUS

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No fumar

Es la medida más eficaz. Retrasa la pérdida de función pulmonar y mejora la superviviencia, incluso en personas que ha tenido un ictus.

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Ejercicio físico

Evitar el sedentarismo y realizar actividad física acorde a nuestro estado de salud.

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Alimentación saludable

La dieta mediterránea es nuestro mayor ejemplo de alimentación saludable. Además de ello, es muy recomendable mantenerse en un peso adecuado.

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Evitar ambientes contaminados

Lugares donde se fume o se pueda producir inhalación de humos.

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Vacunación

Se recomienda seguir las indicaciones del calendario vacunal de la Consejería de Salud de las Islas Baleares. Consulta con tu equipo de salud.

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Tomar adecuadamente la medicación pautada y conocer sus efectos

Para poder gestionar efectos secundarios y evitar abandonos innecesarios.

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Reconocer signos de alarma de nuevo ictus o AIT

Para poder realizar una atención rápida y evitar complicaciones más graves.

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PACIENTE ACTIVO/A

1

Podrás ser más independiente y mejorar tu autoestima

Podrás ganar en autonomía y mejorar el día a día de tu problema de salud gracias a los conocimientos y habilidades que adquirirás participando en el Programa.

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Podrás mejorar el control de tu enfermedad aplicando los hábitos de vida saludables que promueve el Programa.

3

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Tendrás la ayuda de otras personas con tu misma enfermedad y de profesionales sanitarios para resolver tus dudas y compartir experiencias.

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Vivir con el ictus

Despertando emociones

Afrontamiento de la enfermedad y autocuidados

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La realidad que me rodea y complicaciones de la enfermedad

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