Me permito disfrutar
La sexualidad tiene que ver con la capacidad que tienes para darte permiso para disfrutar. El ritmo de la vida actual y la cantidad de tareas que debes realizar en un solo día hace que el placer sexual se considere un lujo cuando en realidad es un derecho y una necesidad para disfrutar de la vida.
Darte permiso para sentir placer va más allá de disfrutar de la expresión de la sexualidad. Es necesario permitir que el placer entre en tu vida y eso tiene que ver con tu autoestima y con la capacidad de poner límites a las exigencias del entorno.
Ponerte en clave erótica es esencial para gozar del placer sexual. La clave erótica es un estado de predisposición a una experiencia sexual y se caracteriza por los siguientes factores:
- la relajación y la disposición al juego
- el bienestar físico y emocional
Se trata de introducir la erótica en tu cabeza y dejar de lado pensamientos que nada tienen que ver con disfrutar del placer sexual. Si lo que quieres es sacar el máximo partido de tu potencial erógeno es necesario saber qué te gusta y qué no, y dejarte llevar, sin prisas, por las sensaciones de placer. No eres una máquina y tus zonas erógenas tampoco son interruptores.
Activar la clave erótica aumenta el deseo y genera vínculos afectivos con la pareja sexual. Prepara para el juego, para gozar de la sexualidad y favorece una respuesta sexual adecuada. Se puede conseguir mediante:
- un ambiente erótico
- los pensamientos y fantasías de contenido erótico, sensual o afectivo
- la estimulación de las zonas erógenas
A algunas personas puede resultarles difícil activar la clave erótica. En el juego erótico es necesaria una actitud personal asertiva, abierta, relajada, dispuesta al juego para obtener y dar el máximo placer.
Si tienes dificultades para ponerte en clave erótica, puede que relaciones la sexualidad con experiencias desagradables o bien que sientas vergüenza o culpa cuando sientas deseo o placer sexual. Recuerda que tu cuerpo está preparado para el placer sexual y puedes sentir placer, culpa y vergüenza a la vez. También es posible que banalices las experiencias eróticas o que rechaces las experiencias sexuales íntimas. Si tienes algunos de estos sentimientos o comportamientos y no puedes vivir la sexualidad de forma relajada y placentera, conviene que acudas a una consulta de sexología.