Ciertas rutinas pueden dificultar la conciliación del sueño, como comer y beber en la cama, ver la televisión y usar dispositivos electrónicos en la cama antes de dormir o no tener horarios regulares.
Usa la cama solo para dormir y tener relaciones sexuales.
Si tras 20 minutos acostada/o no has conseguido conciliar el sueño, levántate y prueba a ir al salón, leer, tomar una infusión relajante…, y vuelve a la cama cuando verdaderamente tengas sueño. De esta manera será más fácil que acabes asociando estar acostada/o con dormir y no con otras actividades que te impidan el sueño.
Para una buena higiene del sueño, establece rutinas adecuadas: ritmos regulares para acostarte y levantarte todos los días y dormir entre 6 y 8 horas.
Intenta no tener el móvil o el portátil cerca de la cama cuando vayas a acostarte para evitar mirarlos.