TIPOS DE DIETAS

dieta hipocalorica

hipocalórica

dieta baja carga glucemica

de baja carga glucémica

dieta disociada

disociadas

HIPOCALÓRICAS

Están basadas en el principio de "la caja registradora", es decir la cantidad de grasa del cuerpo es el resultado del equilibrio entre lo que se come y lo que se gasta. Si comemos más de lo que gastamos, engordamos. Si por el contrario, el gasto supera a la ingesta, adelgazamos.

Este tipo de dietas propone comer menos (menos calorías) con una dieta equilibrada y saludable y a la vez aumentar o mantener (si ya se hace) la actividad física (gasto igual o mayor de calorías).

Hay fórmulas que permiten conocer las calorías que precisa cada persona y después hay una variedad de dietas equilibradas con menos calorías de las que el cuerpo necesita (dietas hipocalóricas).

Normalmente para adelgazar la diferencia entre lo que necesitamos y lo que comemos debe ser 500 calorías diarias, así se consigue una pérdida de peso de aproximadamente 2 kilos al mes.

Por ejemplo, si una persona con un sobrepeso de 8 kilos tiene unas necesidades calóricas de 2200 calorías, puede hacer una dieta equilibrada de 1700 calorías durante 4 meses para recuperar su peso ideal.

El problema de estas dietas es lo complejo que resultan los cálculos para llevarlas a cabo. Por ello surgen las dietas por menús en la que se siguen menús equilibrados. A lo largo del tiempo, se pueden sustituir ingredientes por otros del mismo grupo, pero no se permiten más cambios. Ej.: potaje de garbanzos (o lentejas, alubias...), puré de calabacín (o zanahoria...), patatas guisadas con carne (o bacalao, o chirlas…).

Para evitar la monotonía de los menús fijos surgen las dietas de intercambio o la dieta por puntos, pero todas ellas requieren adiestramiento y motivación. Son las dietas más usadas en las consultas profesionales.

De esta familia de dietas te proponemos el libro " Hora de comer " un recetario basado en la dieta mediterránea y la cocina tradicional con menús de 1400 calorías para un mes . Pensamos que es una opción fácil y saludable para perder peso, aprender que alimentos son hipercalóricos y recordar la dieta tradicional mediterránea.

DE BAJA CARGA GLUCÉMICA

No todos los hidratos de carbono de la dieta son iguales. Algunos al comerlos hacen que de forma inmediata aumente el azúcar en sangre (los refrescos, los zumos, los cereales refinados y la bollería industrial) y otros lo suben de forma más tenue y controlada (las legumbres, las verduras, el pan integral o moreno y la mayoría de las frutas).

La epidemia de diabetes y de obesidad en el mundo occidental se atribuye parcialmente al incremento de consumo de alimentos del primer grupo: azúcares y harinas refinadas, los cuales son alimentos ricos en almidón, que, además, son pobres en fibra y a menudo se encuentran en productos procesados ricos en grasa y sal (galletas, bollería, chips y otros aperitivos de bolsa).

Estos hechos han sugerido que hacer una dieta que, en vez de contar las calorías, excluya los alimentos que suben mucho el azúcar puede ser útil para adelgazar.

Este tipo de dietas requiere, en alguna de sus fases, eliminar alimentos básicos por su elevado índice glucémico (superior a 35), como el pan, la pasta, las patatas o el arroz, e incluso algunas frutas y hortalizas que, en raciones adecuadas, estarían incluidas en los patrones de alimentación saludables.

Hay tablas que clasifican los alimentos según su índice glucémico (IG) . Para perder peso hay que excluir los alimentos que tengan un IG superior a 35. Eso requiere modificaciones de nuestra forma de comer y hace que a veces no sea fácil de mantener.

DISOCIADAS

Esta dieta corresponde a una familia cuya base común es la restricción de hidratos de carbono (principalmente, los de alto índice glucémico), con aumento proporcional de proteínas y grasas.

En general son dietas hiperproteicas y ricas en grasas de origen animal. La drástica eliminación de alimentos ricos en hidratos de carbono genera cambios metabólicos que ocasionan pérdida de agua corporal y masa muscular, de ahí que parezca que son efectivas para la pérdida de peso. Sin embargo, no lo son ni para perder peso ni para mantenerlo.

Además, este tipo de dietas no están libres de efectos secundarios, no han demostrado su seguridad, tienen un efecto rebote muy importante, son caras y no facilitan el aprendizaje de una forma saludable de comer. Por lo tanto, su práctica, como la de otras dietas milagro, queda desaconsejada. La evidencia científica no respalda la efectividad de dietas disociadas para adelgazar.